Cuando fuí a Anillaco, me encontré la grata sorpresa que se renueva todos los años, inevitablemente, gracias a Dios, todos los años en esta época, como lo es la floración de los frutales que adornan bellamente los paisajes de toda la costa. La foto de arriba es de duraznero, la tan bella y sencilla flor del durazno. La de abajo en color marfil rodeada de innumerables pimpollos, es la de ciruelo.
lunes, 20 de septiembre de 2010
en primavera
Cuando fuí a Anillaco, me encontré la grata sorpresa que se renueva todos los años, inevitablemente, gracias a Dios, todos los años en esta época, como lo es la floración de los frutales que adornan bellamente los paisajes de toda la costa. La foto de arriba es de duraznero, la tan bella y sencilla flor del durazno. La de abajo en color marfil rodeada de innumerables pimpollos, es la de ciruelo.
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